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@relaciones @amor
Queremos sentir el afecto de otras personas. Queremos sentirlo sobre todo de las personas a las que más queremos. Y pensamos que si lo comparten con otras personas tendrán menos para nosotros.
Pero cuando alguien comparte su afecto libremente, no lo pierde: de hecho, sentirse cómoda y querida normalmente predispone a una persona a compartir su afecto con quien le hace sentir así. Sea con la persona con quien compartió su afecto inicialmente o con otras, compartir el afecto no lo gasta, más bien lo genera.
El afecto no es una mercancía, no es un bien material. Es una expresión de nuestros sentimientos hacia otras personas, que cambiará de forma en función de la relación que tengamos con ellas pero que siempre crecerá al compartirse.